sábado, 21 de marzo de 2009

Visitando a los reyes

Justo en las afueras de París, al norte, se alza la Basílica de Saint-Denis. La vista del exterior es muy bonita al atardecer, con el estilo gótico que tan bien le queda a las catedrales francesas.


Lugar de entierro de San Denis (famoso por caminar cinco kilómetros entre Montmartre y Saint-Denis, dando un sermón con su cabeza recién decapitada bajo el brazo...), con el paso de los siglos se convirtió en el sepulcro oficial de la realeza francesa. Más de mil años de historia yacen literalmente en su interior.

"Algunos espíritus trabajosamente ingenuos insisten en resaltar el carácter milagroso de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza. El amanecer, la lluvia, el vuelo de los pájaros, una tela de araña, son para estos pensadores un motivo de perpetuo asombro.
Me atrevo a objetar que el punto central de un milagro es su carácter inusual. Es decir, lo milagroso sería que no amaneciera. Sin embargo, el Islam perfecciona y ennoblece esa idea: la existencia de Dios se evidencia a través del orden y la belleza del mundo. El milagro es más bien algo pernicioso que viene a desordenar las cosas."
Bar del Infierno, Alejandro Dolina

(this post in English)

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