jueves, 24 de diciembre de 2009

Dakar 2009

El ruido del motor se escucha a lo lejos, detrás de una suave loma en el camino. Grave y profundo, anuncia su llegada mucho antes de que lo veas. Lentamente, desde el techo hasta las enormes ruedas, asoma detrás de la colina. Motos y autos han pasado toda la mañana, pero este es diferente. Tu sangre se hiela y te empequeñeces cuando la mole de 8 toneladas y 3 metros de altura pasa a toda velocidad, a escasos metros tuyo. Un poco más adelante el motor baja las revoluciones y la mole oscila un poco ante el poder de la frenada, pero no por mucho: un rápido giro a derecha y acelera nuevamente para perderse en la distancia. Bienvenido al espectáculo sobrecogedor de los camiones del Dakar...


Después de cancelar la edición 2008 del tradicional raid París-Dakar por amenazas terroristas en la parte africana de la ruta, los organizadores (ASO) tomaron una arriesgada decisión: mudar la edición 2009 a Sudamérica. Organizado en conjunto entre Argentina y Chile, el Dakar 2009 recorrió los maravillosos paisajes de ambos países en una ruta que lo llevó de Buenos Aires a la Patagonia, a través de los Andes y hasta el desierto más seco del mundo, para volver al punto de partida dos semanas después. Dos semanas que quedarán en la historia de la competición, porque el riesgo tomado por ASO fue recompensado con un éxito rotundo, especialmente entre el público: en un país donde el deporte motor corre por las venas de la mayoría, millones de personas se volcaron a la ruta para seguir el paso de motos, autos y camiones. Yo estuve entre ellos y esta es una pequeña muestra de la última etapa para que disfruten.

Quedan advertidos, sin embargo: pueden ver, escuchar y leer todo lo que tengan a disposición, pero nada ni nadie podrá transmitirles ni prepararlos para el poder de un camión lanzado en plena competencia...



"Un desafío para aquellos que van. Un sueño para quellos que se quedan atrás."
Thierry Sabine

(this post in English)

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